Una fruta bien refrescante y rica en hierro

SANTO DOMINGO.- Al Cajuilito Solimán, también conocido como Cajuilito de Surinam o Manzana de Agua, lo encontramos con facilidad en las calles, pues aunque es una fruta asiática, es común en todos los trópicos.

Estas frutillas de color rosáceo son dulces, refrescantes y tienen pocas semillas, lo que las hace deliciosas al paladar.  

El cajuilito viene en dos variedades, la rosada y la blanca, ambas carnosas y con alto contenido de agua, de ahí que sea una fruta tan refrescante. Arrancarlos de la planta antes de que se maduren sería un desperdicio, pues se consumen únicamente cuando alcanzan la madurez. Una vez que llega su momento y adquieren el color característico, se les consume frescos, en jugos, dulces y conservas. 

Su árbol sirve para la ornamentación y como cultivo casero, tanto así, que es común verle en las patios de las casas, proporcionándoles esta agradable fruta a toda la familia. La Enciclopedia Agropecuaria Dominicana indica que, cuando se siembra en los patios, para obtener la mayor cantidad de frutos debe recibir mucho agua y tener buen drenaje. Este árbol es tan adaptable que es una de las plantas que utiliza el Ayuntamiento del Distrito Nacional para arbolar la ciudad, según indica su página de Internet.

Quien tenga la suerte de poseer uno de estos árboles en su patio trasero o en las proximidades de su hogar, tendrá cajuilitos por mucho tiempo, pues es una planta de larga vida. Si por el contrario desea sembrarlo, puede hacerlo por estaca, acodo o semilla, según indica su ficha técnica. De hacerlo así, cosechará cajuilitos entre abril-mayo y octubre-noviembre. Además de brindar a su familia una copa frondosa y siempre verde con flores fragantes, les deleitará con frutos ricos en hierro, y por demás, deliciosos.

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